Generar tensión y resolverla es algo muy recurrente en la música. Esta tensión puede ser creada de varias formas, como por ejemplo mediante el uso de la repetición. Otro recurso muy utilizado para este fin es el crescendo.
En el ámbito armónico, el elemento estrella a la hora de crear tensión es la dominante y en este artículo te vamos a explicar por qué.
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¿Cómo hacer una dominante?
Tradicionalmente, se suele asignar la función de dominante al acorde que se construye sobre la quinta nota de la escala (o quinto grado). Esto es así porque el acorde que se forma desde esta nota contiene la sensible.
Pero, ¿qué es la sensible? Es la nota que está situada un semitono por debajo del primer grado (o primera nota de la escala). En el ejemplo de arriba, la sensible sería la nota SI. Esta nota, al estar tan cerca de la nota principal de la escala, tiene mucha tensión y tiende a liberar dicha tensión “yendo” al primer grado. En otras palabras, la sensible tiende a resolver en el primer grado, que en el ejemplo de arriba sería la nota DO.
Además, la quinta nota del acorde de dominante, que será la nota RE en el próximo ejemplo, también tiene algo de tensión, y suele resolver subiendo por grado conjunto a la tercera del acorde de tónica, en este caso MI, o bajando por grado conjunto a la nota fundamental del acorde de tónica, en este caso la nota DO.
Y por si esto no fueran suficiente razones para convertir a este acorde en el buque insignia de la tensión, aquí va la razón de mayor peso 😉
En armonía es muy típico añadirle una nota extra a los acordes de tres notas, formando de este modo un acorde de cuatro notas. Esta cuarta nota se sitúa a un intervalo de tercera sobre la quinta del acorde, y recibe el nombre de séptima, ya que hay un intervalo de séptima entre ésta y la fundamental del acorde en el que está.
Pues bien, como vais a ver en la siguiente imagen, en el acorde de dominante se crea una quinta disminuida (también llamada tritono) entre la sensible y la séptima. Esto es algo muy especial ya que no pasa en ningún otro acorde de la escala y además, tiene mucha tensión.
La séptima de dominante
Como ya hemos dicho, y como vais a escuchar a continuación, estas dos notas generan mucha tensión, y la forma más común de resolverla es subiendo la sensible por grado conjunto y bajando la séptima, también por grado conjunto.
Otros ejemplos de dominantes
Llegados a este punto, es importante que sepáis que existen más tipos de dominantes. A lo largo de la historia, el acorde de dominante ha ido evolucionando y volviéndose más sofisticado, pero en esencia siempre se trata de lo mismo: un acorde que tiene tensión y que tiende a resolver en un acorde de reposo, como por ejemplo la tónica. Para que lo entendáis os pondré un ejemplo muy sencillo. El acorde que se construye sobre el séptimo grado también podría ser considerado una dominante, ya que contiene el intervalo de tritono entre la fundamental del acorde, que además es la sensible, y la quinta. Se trata de un acorde muy inestable que necesita ser resuelto.
Otro ejemplo, bastante más avanzado armónicamente y muy utilizado en la música jazz, sería el del acorde que se crea desde el segundo grado rebajado un semitono. Esto lo haríamos transportando al segundo grado rebajado el acorde de séptima de dominante que hemos visto anteriormente y que normalmente se construye desde el quinto grado, como ya hemos visto. Para ello, tenemos que tener cuidado de que en ambos acordes haya los mismos intervalos entre las diferentes notas de los acordes, es decir, debe de haber una tercera mayor entre la fundamental y la tercera del acorde, una quinta justa desde la fundamental a la quinta del acorde y una séptima menor desde la fundamental a la séptima del acorde.
Y, ¿por qué este acorde tiene función de dominante si no tiene sensible como los otros acordes de dominante que ya hemos visto? Bueno, realmente sí que tiene sensible. El DOb podemos enarmonizarlo y “convertirlo” en la nota SI, por lo tanto ya tendríamos nuestra sensible típica en las dominantes. Además, entre el DOb y el FA hay un intervalo de tritono, por lo que ya tendríamos los ingredientes perfectos para una dominante.
Dominantes en los modos menores
Algo importante que debéis saber es que en los modos menores la tercera nota del acorde que se forma sobre el quinto grado no está a distancia de semitono de la nota principal de la escala. Concretamente está a distancia de tono. Por este motivo, lo que se suele hacer para que este acorde tenga una función de dominante, es alterar ascendentemente la tercera, y de este modo ya sí habría un semitono entre la tercera del acorde y la nota principal de la escala (en la imagen siguiente, SOL# y LA respectivamente).
Dicho de otro modo, somos nosotros los que tenemos que transformar la tercera nota del acorde en una verdadera sensible, convirtiendo así un acorde que era inicialmente menor, en un acorde mayor y con función de dominante.
Dominantes secundarias
Una vez que hemos entendido qué es una dominante y cómo se crea, será sencillo comprender en qué consiste una dominante secundaria.
Ya hemos visto cómo la dominante no es otra cosa que un acorde que quiere liberar su tensión resolviendo en el primer grado, también llamado tónica. Ahora vamos a ver cómo podemos crear otras dominantes que quieren resolver en otros acordes diferentes del de tónica. Básicamente, eso es una dominante secundaria.
Para explicarlo, voy a tomar como ejemplo a la dominante secundaria más usada, aquella que se “construye” sobre el segundo grado.
Sencillamente, lo que tenemos que hacer es construir un acorde con la misma relación interválica que tiene el acorde de séptima de dominante entre sus notas, pero partiendo desde el segundo grado, en vez de desde el quinto grado que es donde tiene su base el acorde de séptima de dominante.
De esta forma suceden dos cosas importantes. La primera es que hemos creado un intervalo de tritono entre la tercera del acorde, en este caso FA#, y la séptima, en este caso DO. La segunda peculiaridad de este acorde es que tiene una especie de «sensible artificial» que quiere resolver su tensión. Estoy hablando de la nota FA# que quiere liberar su tensión yendo a la nota SOL.
Como veis, de la misma manera que el acorde de séptima de dominante quería resolver en el acorde que estaba situado a una distancia de quinta justa descendente, es decir el acorde de Do Mayor, este acorde que acabamos de crear, también tiende a resolver en el acorde que hay un intervalo de quinta justa descendente, que en este caso es el acorde de Sol Mayor.
Lo genial de esto es que una vez que ya sabemos cómo construir dominantes, podemos crearlas sobre cualquier grado de la escala. Esto creará en todo caso una tensión que querrá resolver en un acorde situado siempre una quinta justa descendente. De esta manera establecemos nuevos centros tonales, es decir, nuevos acordes que, por decirlo de algún modo, nos suenan a casa. Esto es gracias a la sensación que nos crea el hecho de que haya un acorde en el que se disuelve toda la tensión que acumula el acorde que lo precede, que no es otro que una dominante secundaria.
Conclusión
Llevábamos tiempo queriendo compartir con vosotros qué son las dominantes y las dominantes secundarias, porque creemos que es recomendable para cualquier músico asimilar estos conceptos. Esperamos que os haya gustado este artículo. Por favor, compartidlo con quien pueda interesarle y preguntadnos cualquier duda que os surja al respecto. Estaremos encantados de contestaros.
¡Un abrazo!
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AUTOR:
DAVID TROYA
Titulado Superior en Bajo Eléctrico y Composición Musical en Jazz & Pop (ArtEZ University of Arts).
Estudia en los conservatorios de Granada, Cracovia (Polonia) y Arnhem (Países Bajos).
Profesor de Bajo Eléctrico y Teoría Musical en EOM.
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